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cristal2

Jazmines cerca del mar.

Jazmines cerca del mar. Jazmines blancos y diminutos, que mezclados con la humedad, huelen más a jazmín. No sé donde leí que era mi flor, pero no es esa, es cualquier flor minúscula y aromática. Me produce simpatía lo pequeño; lo frágil; eso que casi no se ve y siempre está. Que recuerda su presencia por un leve color o un penetrante y casi adivino aroma de algo.

Las matas (casi) trepadoras de jazmines llenan las paredes de esta casa junto al mar y vienen a mi memoria, en las horas interminables que puedo pasar mirando una flor, aquellas pequeñas campanillas de color amarillo intenso que antaño poblaban los campos de todas las Castillas.

Mar de gotas húmedas sobre mi pelo y sobre toda la ropa, como queriendo calar todo con su presencia. Es hechicero...

... y envuelta en una chaqueta gorda y negra de punto, camino por los senderos aledaños a ese mar que quiere imprimirme su presencia. Yo lo dejo. También sabe que me da miedo. Todo lo grande da miedo, hasta el exceso de luz o el exceso de amor...exceso para los que solo vemos una milésima de ambos ámbares. Fundirse será la solución para los miedos. Fundirse y animarse...o como decía aquel amigo de las viejas tropas; ¡intentarlo!.

¿Porqué amaré tanto la soledad?. Este paseo no hubiera sido lo mismo acompañada. No me hubieran dejado internarme en le corazón del sentir del mar. Me gusta ser lo que voy viendo y ahora que borré tantos dictados con tinta de pluma, me apetece escoger cada impresión que van a recibir mis sentidos.

Es tocar el infinito cielo con la punta de los dedos. ¿Puede existir mayor felicidad?, ... y llego a casa, mientras canturreo aquella vieja canción...

Triste y solitario lo ven pasear...

Lleva abrigo negro, lento el caminar...

Juez de....

...y me mezclo con el cariño de todos.

CLARA

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